lunes, 24 de octubre de 2011

El espacio -como ha dicho alguno precipitadamente- no se deforma, porque la característica esencial de toda forma energética es solo el transformarse, dejar de ser su forma -en continuidad-; y no se puede concebir "como que se deforma", puesto que no existe tal forma fija para que cumpla una deformación con respecto a ella.
Más claro: nosotros con nuestra voluntad deformamos y conformamos, pero la naturaleza no deforma nada, sino que solo se transforma.

Otro aspecto: las formas únicas.

Todo es movimiento y todo se va dirigiendo a diferentes formas en ese movimiento; entonces, si las energías siempre son formas de energía, que varían, ¿por qué el espacio no va a ser formas de espacio? Y ¿por qué el tiempo no va a ser formas de tiempo?
En una constancia del movimiento -que actúa-, ¿qué puede imponer una unicidad del espacio y del tiempo?

Cuando un científico conoce, conoce formas posibles -las que demuestra o conoce- y de seguido las concibe como formas únicas -de las cuales establece con un prejuicio, en una inclinación antrópica, una determinación-.

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